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Tóxica

Sagan, Françoise Traducció: González Marcén, José Miguel
ATICO DE LIBROS
9788493829513
Castellà
ATICO LIBROS
ESPANYA
Narrativa

Sinopsi

«Una confesión impúdica de la autora de Buenos días tristeza.» Le MondeFrançoise Sagan alcanzó el éxito literario a los 19 años con Buenos días, tristeza, novela que escribió durante un verano después de que rechazaran su petición de ingreso en la universidad de la Sorbonne. Luego vinieron mulitud de novelas, obras de teatro y ensayos, todos con un enorme éxito de ventas. Su verdadero nombre era Françoise Quoirez y su pseudónimo, Sagan, fue inspirado por un personaje de Proust, la «Princesse de Sagan». Sus padres, burgueses bienpensantes, le pidieron que se cambiara el apellido. Se casó dos veces: primero con un editor de Hachette veinte años mayor que ella y luego con un playboy norteamericano. Tuvo múltiples romances y relaciones, algunas de ellas escandalosas para su época: con la diseñadora Peggy Roche y con la editora del Playboy francés, Annick Geille. Solía frecuentar a Truman Capote y Ava Gardner, durante las escapadas de estos a Europa. En 1957 sufrió un grave accidente en su Aston Martin que la sumió en un breve coma. El escándalo y las drogas la acompañaron el resto de su corta e intensa vida. Murió en 2004 a los 69 años, y el presidente Jacques Chirac afirmó en su funeral que «Francia ha perdido a una de sus escritoras más brillantes y sensibles; una figura esencial de nuestra vida literaria».«En el verano de 1957, tras un accidente de automóvil, fui presa durante tres meses de dolores lo bastante desagradables como para que se me administrase cotidianamente un sucedáneo de morfina llamado "875" (Palfium). Al cabo de esos tres meses estaba lo suficientemente enganchada como para que se impusiera una estancia en una clínica especializada.» Tóxica es el diario de esa desintoxicación. En él, Sagan escribe de la misma forma que vivió, desnudándose sin pudor. Cuenta que comprende la importancia de la escritura. Habla de la lectura de Proust, de Rimbaud y de Apollinaire como bálsamos para su espíritu quebrado. Entona, en suma, una canción de amor a la literatura. Ella, la insolente rebelde, el trasunto de la Cécile caprichosa de su Buenos días, tristeza, yace herida por su adicción a las drogas y se rinde a otra adicción aún más poderosa: las letras. «Una confesión descarnada sobre el infierno de la desintoxicación.» Le Point «Sagan escribe con rapidez animal, derrocha argumentos de eficacia académica, y sus héroes y heroínas alcanzan la perfección de los personajes del teatro de Racine» John Updike, The New Yorker «Sagan fue una belleza hedonista y garçonne, que conducía coches deportivos descalza por las carreteras de Saint-Tropez, triunfó como escritora y tomó tantas drogas que su fox-terrier murio de sobredosis al olisquear uno de sus pañuelos.» The Guardian «Tóxica es un texto esencial en la obra de Sagan.» Le Journal du Dimanche

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